Mira
lo que soy,
en
lo que me he convertido,
en
tu propiedad.
Has
elegido la persona que quieres que sea.
Me
cambio tras el closet,
me
transformo y me maquillo en backstage para ti.
¿Y
cómo me lo has retribuido?
Escapando,
en silencio.
El
silencio ya está cansado de escapar contigo.
Ha
decidido cambiarse de bando y ser tu antagónico,
pues
sólo le pertenece a estos labios que tú ya no besas,
a
este cuerpo que tú ya no tocas
y
a esta alma resquebrajada que ya no te importa;
que
ya no pedirá más migajas de rodillas
y
escapará con tu silencio en los bolsillos.
El
silencio escapa ahora, se disgrega,
se
disuelve, se entremezcla con el viento,
y
despeina mis cabellos.
El
silencio huye y tu lloras su partida,
a
manera de gotas de lluvia,
se
refugian en mí, porque ya no quieren llorar más contigo.
Tú
huyes de mí, y tus lágrimas de ti
Y
el mundo, el mundo se corre de mí.

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