miércoles, 5 de diciembre de 2012

Run off


Crucé la pista sin mirar, mientras las bocinas de los autos detonaban en mis tímpanos. Y dentro de los autos, sentí las miradas lascivas de los taxistas observándome en el rojo del semáforo. Me detuve a contemplar a la gente que no había dentro de los restaurantes, a la gente dentro de las oficinas angustiada por largarse, a la gente que caminaba en la misma acera que yo y me miraba desconcertada pensando si estaba drogada o no. Me detuve a contemplarte en mi mente, lejos, volviendo a tu mundo, a tu realidad, escapando de mi, huyendo porque quieres, porque es tu destino. Pero no podía mirarme a mi, porque ya no era yo, porque te llevabas gran parte de mi, en tu equipaje de mano, en tus bolsillos, en tus ojos, entre tus manos. 
Frente al espejo, no era yo, era sólo una imagen distorsionada de mi, y las lágrimas caían, y mi mundo se iba destruyendo, se iba cayendo a pedazos junto conmigo, pensando si esta es la vida que merecemos, distanciados, si esta es la vida que merezco, con una persona que huye y vuelve de vez cuando, y yo siempre, siempre, ando esperando.